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Frente a la corrupción en Perú

Publicado: 2018-03-21

El problema de la corrupción en el ejercicio de la política en Perú ha rebasado. La corrupción en Perú es problema que agobia al país casi desde la creación de la república. El desaprovechamiento del auge del guano y del caucho, las violentas pugnas entre caudillos, los escándalos de la Guerra del Pacífico, son tristes ejemplos del siglo XIX. Don Manuel González Prada (1844-1918) graficó así la corrupción de su época “El Perú es un organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota el pus”. 

La situación no ha mejorado nada en el siglo XX ni en lo que va del siglo XIX. Todo lo contrario y peor: está empeorando aceleradamente. La situación ha hecho crisis, si sigue reventará. Dos temibles casos de los últimos veinte años han salido a luz por iniciativas externas al gobierno. Los vergonzosos escándalos Fujimori y Odebrecht son el pus que denunció González Prada. Estamos ante una crisis de dimensiones desmedidas. Si esto sigue las consecuencias serán desastrosas, y como siempre los pobres, excluidos y vulnerables serán quienes sufran más. No hay otra opción: coger al toro por las astas, ahora.

La política es toda actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos, el quehacer ordenado y orientado a alcanzar el bien común en la sociedad. ¡Qué lejos estamos del ejercicio de la verdadera política! Pero al señalar con el dedo índice acusador debo ver que el dedo pulgar me apunta. ¿He respetado siempre la fila al utilizar un servicio público? ¿He recurrido alguna vez al amigo o pariente en un cargo público para pedir un favor? ¿Cuánto he analizado mi voto en las elecciones de autoridades públicas? ¿Si he sido servidor público, me esforcé por desempeñarme lo mejor posible, sin buscar provecho personal, justificándome en mi bajo sueldo? Con sinceridad y autocritica debo preparar y responder mi propio cuestionario.

¿El cambio de Presidente de la Republica y la elección de otro, nos ayudará a escapar del precipicio donde vamos? No se necesita ser analista político para responder. No basta el cambio de banda presidencial, si no nos proponemos aminorar, detener y revertir la marcha del coche en el que vamos. Esta pregunta y su respuesta merecen reflexión.

Refundar el Perú, la patria de Grau y de Rosendo Maqui. Suena bonito. Pero, ¿es posible?, ¿es viable? En todo caso, ¿qué hay que hacer para que lo sean? Se propone a continuación tres grandes acciones, que podrían empezar a mostrar resultados sus primeros resultados en tres años, si empezamos ahora. Su efectividad requiere un pacto social expresado en verdaderas políticas de Estado. Un acuerdo nacional que esta vez sí se cumpla, por encima de intereses mezquinos y tintes partidarios, donde funcione una vigilancia social responsable de velar por su cumplimiento.

LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN: parafraseando a González Prada, Perú es un paciente enfermo. Paciente que además de infección generalizada sufre hemorragia crónica. El fluido vital que continuamente pierde es el recurso público succionado por perniciosos parásitos, y el mal uso del patrimonio del Estado. La respuesta es darle fortaleza y efectividad al Sistema Nacional de Control, dotándolo de recursos suficientes para cumplir su misión institucional y mandato legal. Las herramientas son la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República (Ley 27785) y la Ley de Fortalecimiento de la Contraloría General de la República y del Sistema Nacional de Control (aprobada por el Congreso, 15/03/2018).

La lucha contra la corrupción debe ser liderada por la Contraloría General. Para ello debe cumplirse con las Políticas de Estado acordadas en el Acuerdo Nacional (año 2002), sobre la transparencia del Estado (IV), específicamente la Política Veintiséis: Promoción de la Ética y la Transparencia y Erradicación de la Corrupción. Resaltando el inciso b): [el Estado] velará por el desempeño responsable y transparente de la función pública, promoverá la vigilancia ciudadana de su gestión y el fortalecimiento e independencia del Sistema Nacional de Control.

EDUCACIÓN PÚBLICA: La crisis ética peruana se solucionará con una educación en valores humanos. Padres de familia, ciudadanía, medios de comunicación, instituciones públicas, gobernantes o administradores de turno del Estado, todos deben contribuir a implementar las Políticas de Estado sobre equidad y justicia Social (II) del Acuerdo Nacional, particularmente la política Décimo Segunda: Acceso Nacional a una Educación Pública Gratuita y de Calidad. Como ejemplo se menciona el acápite i): [el Estado] garantizará recursos para la Reforma Educativa otorgando un incremento mínimo anual en el presupuesto del sector educación equivalente a 0.25% del PBI, hasta que éste alcance un monto global equivalente a 6% del PBI. Para 2018 se asignó 3.67% a Educación (Agencia Peruana de Noticias).

CONGRESO DE LA REPÚBLICA: Los congresistas no deben ser más elegidos a partir de listas decididas por Partidos o Frentes Políticos, cuyos intereses no necesariamente coinciden con el interés nacional. La alternativa es que la función de congresista sea Ad honorem. La retribución económica a excelso privilegio ciudadano solo sean dietas. El voto popular elegirá congresistas entre personas de experiencia y sabiduría, de intachable integridad y probidad, con vocación política y voluntad de servicio al país, con o sin afiliación partidaria. Para esto, deberá conformarse una comisión ad hoc compuesta por honorables ciudadanos sin afiliación política, quienes calificarán a los propuestos. El proceso de selección de los miembros de esta comisión podría estar a cargo de la Defensoría del Pueblo. Cualquier ciudadano o agrupación puede proponer candidatos a congresista. El periodo de funciones del Poder Legislativo no coincidirá con el período del Poder Ejecutivo.

Perú es un enfermo crónico y grave; pero no está desahuciado y es joven. Perú está en severa crisis; pero la crisis no es mala: es útil para erradicar problemas radicales. No hay mal que por bien no venga. Aun podemos ganar la lucha contra la corrupción. Solo depende de nosotros. En la cercanía del Segundo Centenario de la Independencia Nacional del Perú, tenemos un deber y misión: refundar el Perú en esfuerzo solidario. Así llegaremos al 28 de Julio de 2021 con satisfacción y esperanza, y decirnos con razón y corazón: ¡Feliz Veintiocho!


Escrito por

Julio F. Alegría

Ingeniero Agrícola de la Universidad Nacional Agraria La Molina (1981); Master of Science de Colorado State University (1984).


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